De nuevo propietario a hogar feliz: consejos para compradores recientes

Comprar tu primera casa es un hito importante. No hay nada como el vértigo que produce saber que puedes pintar una pared de rosa fluorescente o cubrir los armarios con mantequilla de cacahuete sin que nadie te lo impida. Pero también tienes una inversión nueva y bastante grande que debes mantener. Sopesar la libertad frente a la responsabilidad es un delicado acto de equilibrio, y hacerlo con éxito es parte de lo que significa ser propietario de una casa.

Los nuevos compradores de vivienda se enfrentan a una serie de primeras veces. Como acaba de pagar la entrada, podría pensar que ya ha superado su mayor obstáculo de responsabilidad financiera. Sin embargo, no es así. Echa un vistazo a estas situaciones habituales de los propietarios de vivienda para prepararte mejor para ellas.

1.) Algo importante se rompe

Como inquilino, si el frigorífico dejaba de funcionar, sólo tenías que preocuparte de mantener fría la comida hasta que el casero lo arreglara o comprara uno nuevo. También como inquilino, los problemas importantes de fontanería en tu edificio pueden ser una molestia, pero fácilmente subsanables. La primera vez que algo importante, como un electrodoméstico, un elemento estructural o un sistema importante se rompe en tu casa, te puedes encontrar con una cantidad asombrosa de trabajo y estrés.

Si confías en que el seguro de hogar o la garantía de la vivienda te cubran, revisa bien tus pólizas. La mayoría de las garantías terminan en las paredes de la casa, y los seguros no cubren los daños que se produzcan fuera de una catástrofe. Todas las personas a las que puedas pedir ayuda buscarán motivos para no ayudarte. Si necesitas hacer obras importantes en tu casa, como una reparación de fontanería a gran escala, probablemente tendrás que pagarlas tú mismo.

Este tipo de sucesos ocurrirán tarde o temprano. La única forma de estar preparado es practicar el autoseguro. Empiece a constituir un fondo para reparaciones y renovaciones, e incluya los gastos importantes en su presupuesto mensual. Si distribuye estos gastos a lo largo de los meses, en lugar de intentar pagarlos todos a la vez, le resultarán mucho más manejables. A título orientativo, prevea un gasto anual de entre el 1% y el 4% del valor de su vivienda en reparaciones y mantenimiento.

2.) Aumento de los costes

Al plantearse un presupuesto en su nueva ubicación, resulta tentador simplemente trasladar el dinero que gastaba en el alquiler al pago de la hipoteca. Sin embargo, los gastos de vivienda no son lo único que puede aumentar. Si se muda de un piso pequeño a una casa más grande, aumentarán los gastos de suministros. Si pasas de un edificio de apartamentos relativamente nuevo a una casa más antigua, los electrodomésticos no funcionarán con la misma eficiencia y las juntas de puertas y ventanas no encajarán tan bien.

No se trata sólo de los servicios públicos, por supuesto. Los gastos de transporte también pueden aumentar si te has mudado más lejos del trabajo o de otros lugares que frecuentas. Tener una cocina más grande puede animarle a cocinar y a recibir más invitados, con lo que aumentará la presión sobre el presupuesto de alimentación pero ahorrará en gastos de restaurante. El mantenimiento del césped y los gastos de jardinería pueden aparecer por primera vez en su presupuesto. Muchos gastos aumentarán en la transición a un nuevo estilo de vida.

Dedique el primer mes en su nueva localidad a documentar sus gastos. Es la mejor manera de hacerse una idea de cómo serán sus nuevos gastos. Si al cabo de un mes tus gastos son demasiado elevados, sabrás mejor dónde puedes hacer recortes.

3.) Vencimiento de las facturas de impuestos

Los impuestos sobre la propiedad son un gasto que se realiza una o dos veces al año y que puede hacer estragos en su presupuesto. Aunque muchas compañías hipotecarias mantienen una cuenta de depósito en garantía para estos gastos y los incluyen en el pago habitual de la hipoteca, muchos propietarios están solos cuando llega el momento de pagar los impuestos. Si ése es su caso, empiece a investigar para determinar cómo podría ser su factura de impuestos.

Este es otro gasto que se hace manejable si se desglosa en un coste mensual. La factura media del impuesto sobre bienes inmuebles en EE.UU. es de algo menos de 3.000 dólares. Es decir, unos 250 dólares al mes. Puede ser un reto para ahorrar, pero es mejor que verse sorprendido por el importe total.

4.) Aumentan las necesidades de mantenimiento

Hay docenas de cosas en casa en las que la mayoría de la gente no piensa dos veces. Elementos como las mangueras de suministro de agua, las alarmas de humo y las juntas de la taza del váter se deterioran con el tiempo. Muchas de estas cosas pueden causar daños a su casa si no funcionan correctamente.

Empieza a hacer una lista de las tareas que hay que hacer cada mes, cada semana o con menos frecuencia. Divida esas tareas para que nadie tenga que hacerlo todo solo. Guarde una hoja de cálculo u otro documento para saber cuándo fue la última vez que se realizó el mantenimiento de los elementos más importantes de su casa. Recuerde que más vale prevenir que curar. Solucione los pequeños problemas antes de que se conviertan en grandes.

TU TURNO: ¿Qué te hubiera gustado que te dijeran antes de comprar tu primera casa?

FUENTES
https://www.fool.com/retirement/2016/10/16/4-personal-finance-tips-for-new-homeowners.aspx
https://www.texasrealestate.com/advice-for-consumers/article/10-maintenance-tips-for-first-time-homeowners
http://www.kiplinger.com/article/real-estate/T029-C006-S001-first-time-homeowner-lessons-learned.html

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